Máquinas de amplificar: los bots en los principales sitios argentinos de noticias

Luis Alfredo García abrió su cuenta de Twitter en 2012 y desde entonces solo escribió siete mensajes. Comparte esa mínima actividad con Hugo Rocha (tiene 2 tuits), Antonio Glavinovic (2), Ricardo Otranto (1) y varias decenas de “personas” más, todas unidas por un vínculo esencial, un código que los identifica y las separa del resto. Luis Alfredo García es un bot, una cuenta automática que simula en Twitter ser un humano. Y trabaja para Infobae.

 

A mediados del mes sumó su granito de arena y logró, junto con Hugo, Antonio, Ricardo y una estimable cantidad de sus autómatas colegas, hacer que una información trivial publicada en Infobae fuera por un rato Trending Topic (TT). Fue el 16 de agosto, cuando “se filtró” el video de un trío de turistas en Italia teniendo sexo en un yate.

Los filmaron durante un trío sexual en un yate y el vídeo enloqueció a Italia”, tituló Infobae y acompañó la publicación con una imagen difuminada de una supuesta captura de video. La nota no dice quienes son los protagonistas de la escena ni dónde fueron filmados ni por quién ni quiénes son los testigos citados ni quién filtró el video ni nada. Como si fuera un fake. Pero el sexo, como el morbo, parece que no solo seduce a los humanos.

Al poner en el buscador de Twitter la frase “Los filmaron durante un trío sexual en un yate y el vídeo enloqueció a Italia”, aparecen todos los tuits que sumaron para lograr el TT.

¿Qué pasa si hacemos click en los perfiles?, se preguntó Alejandro Jose, especialista en márketing digital, que analizó la estrategia de SEO -posicionamiento estratégico- de Infobae, algo “fundamental” para sumar visitas al sitio.

Jose descubrió que “la mayoría” de los perfiles que participaron de la movida “son viejos pero con escasos posteos”, algo que “suele verse cuando la cuenta se usó para otros temas o campañas y después se borra el historial”. Ese es, por ejemplo, el caso de Luis Alfredo García, a quien solo parecen gustarle los videos sexuales de Infobae.

“Misma situación que la cuenta anterior, el número que tiene el nombre de la cuenta generalmente es generado por el script, marcando la cantidad de veces que utilizó la misma combinación de nombre y apellido”, sigue el especialista en su análisis. Se refiere a que muchas de las cuentas de los que se subieron al bondi de Infobae, como nuestro amigo Luis Alfredo García (garlog6010), tienen nombres como AndresJoseM54, MrMarian7 o Wilsond91070362.

Da la impresión de que Infobae no se gasta en usar bots con apariencia verosímil. Quizás porque los compra al por mayor: “Estos perfiles suelen comprarse en sitios como FIVERR, FOROBETA, FORO20 y mismo en grupos de Black Hack”, explica Jose.

LOS PERUANOS DE CLARÍN

A modo de ejercicio y sin intención de hacer un análisis profundo, repetimos lo que Jose hizo en Infobae y el 23 de agosto revisamos las notas más leídas del portal de Clarín. La segunda de ese ránking tenía por título: “Encuentran el cuerpo mutilado de la periodista sueca desaparecida en un submarino”.

Al poner esa frase en el buscador de Twitter, aparecieron entre otras rarezas un grupo de cuentas cuyos dueños supuestamente están radicados en Lima, Perú, que comparten una serie de semejanzas automatizadas.

A diferencia de los bots de Infobae, “Médico q se respeta” (@MQSR_PERU), “Maruja Valesmoro” (@santia6812), “Edgardo Succi” (@edsucci), “Indira Tipacquí” (@FlorChevez90) y “Josep Danino” (@JosepDanino) tuitean muchísimo, todos tienen publicadas decenas de miles de mensajes. Y comparten una pasión desmedida por la información: tuitean alrededor de cinco noticias por minuto.

Pero no solo notas de Clarín, sino también de varios otros medios latinoamericanos. Por eso no se puede afirmar que sean bots del “gran diario argentino”, aunque su existencia le es funcional porque le promueven sus artículos más leídos, hacen que la red de microblogging hable de eso y generan visitas al diario. Visitas que sí son reales.

Pasamos esas cuentas por Botometer, una herramienta para detectar bots desarrollada por el investigador Emilio Ferrara, del Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad de Baja California, que estima las chances de que una cuenta de Twitter sea no humana.

Así, Médico que se respeta tiene 69% de posibilidades de ser un bot, mismo porcentaje que Maruja Valesmoro 69%. Edgardo Succi tiene 65%, Indira Tipacquí 78% y Josep Danino 48%.

VIAJES EN LA NACIÓN

Este domingo probamos lo mismo con una de las noticias más leídas en la web de La Nación, “Cómo conseguir pasajes aéreos más baratos”.

Revisando entre los mensajes encontramos un grupo de tres cuentas con supuesto domicilio en Playa del Carmen, México, con similitudes burdas entre sí y un estilo de tuitear muy particular.

Si uno publica en la red social la noticia desde el sitio de La Nación cliqueando el ícono de Twitter, el mensaje se comparte con un formato en el que se ven el título de la nota, el link, el medio y el autor, como se ve:

En cambio, los mexicanos @JavrMillr (64% de chances de ser bot), @DanlAlrcn (77%) y @AbrlAvla (61%) eliminan hasta el link y publican solo el título. Pero los tres publican solo noticias, que son casi siempre las mismas, como se ve en la imagen.

Este grupo comparte varios de los pocos contactos que cada uno tiene. Además, en los tres casos Botometer identifica como bots al 84% de sus seguidores.

Como con Clarín, no puede afirmarse que “los mexicanos” sean bots de La Nación, pero le son funcionales porque si bien no tienen links en sus mensajes, le ayudan al diario a indexar las notas en el buscador de Google.

Porque, como explica Jose, “Google indexa y reconoce las publicaciones en redes sociales, detecta la fuerza social que tiene el posteo y por consiguiente el sitio”.

Desleal, brillante, poco ética, acertada, trucha, necesaria… los calificativos sobre estas técnicas corren por cuenta de cada uno. Lo cierto es que los sitios de noticias con más visitas del país hechan mano a bots automatizados para crear tendencias en la red y/o para aumentar su audiencia y/o para aparecer más arriba en los resultados de búsqueda.

Son las mismas herramientas y técnicas a las que científicos consideran clave para distribuir noticias falsas y crear posverdad, las mismas herramientas de spam a las que Twitter asegura combatir. Las mismas turbias herramientas para amplificar.

Fuente: https://kbz.red

 

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